La situación del ser humano
El pecado de Adán nos despojó de la gloria de Dios, y a partir de ese momento, las consecuencias de la transgresión de las leyes del Padre Creador se pasaron de generación en generación, convirtiéndonos a todos los seres humanos en pecadores. Si afirmamos que no tenemos pecados, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad.
El pecado es el permanente enemigo del hombre. Poner remedio al pecado es salvar al hombre. Dios tenía previsto desde el principio una solución definitiva… Jesús. Jesús es el único ser humano sobre la tierra que jamás cometió ningún pecado. Él era el único que podía salvar a toda la humanidad.
Jesús es la solución
Jesucristo rescató a los seres humanos de la esclavitud del pecado. Jesús entregó su vida como rescate por muchos realizando la liberación esperada durante mucho tiempo, haciéndose Él mismo nuestra redención. Del mismo modo que por un hombre todos fuimos pecadores, gracias a otro hombre, todos somos salvos, mediante la fe en Él.
El ser humano sólo puede ser salvo creyendo en Jesucristo y en su obra redentora en la cruz. De ninguna forma puede ser salvo por si mismo o por sus obras. La salvación ni se puede comprar, ni se la puede ganar uno por si mismo. La salvación es un regalo inmerecido que Dios nos hizo por su bendita gracia. Ahora está en tu mano decidir… ¿Aceptas ese regalo?